En su último Informe de Estabilidad Financiera, el Banco de España (BdE) alerta de la caída que ha sufrido la oferta de vivienda usada en nuestro país. Según los cálculos del organismo, la oferta de vivienda usada, que el BdE calcula en base a los anuncios publicados en los principales portales inmobiliarios, se situó a finales de 2023 en 700.000 unidades, un 3% menos que el dato observado un año antes. Además, apunta que la caída ha sido del 14% en cuatro años, desde su máximo en 2019.

Por su parte, la oferta de vivienda nueva, medida como el número de viviendas terminadas, se situó en 2023 en cerca de las 90.000 unidades, sensiblemente por debajo tanto de su promedio histórico anual desde 1980 (270.000 unidades) como de la formación neta de hogares en 2023 (próxima a 270.000 unidades).

La oferta de vivienda usada cae un 14%
Estas cifras, con la importante caída de la oferta de vivienda usada, no hacen otra cosa que reafirmar la falta de oferta en un mercado ya de por sí altamente tensionado debido a la escasez de vivienda para satisfacer la alta demanda existente. Según el BdE, esto solo hace que ‘añadir más presión al mercado residencial de nuestro país’.

Más hogares, menos vivienda
Según el Banco de España, ‘la presión al alza sobre el precio de la vivienda se produce en un contexto de robustez de la demanda y de rigidez relativa de la oferta’. El aumento de la demanda de vivienda se vincula al del número de hogares, en un contexto de fortaleza de los flujos migratorios. En esta dinámica destaca el incremento de la demanda de vivienda en alquiler, especialmente intenso en las grandes áreas urbanas nacionales.

Asimismo, la demanda se ha visto impulsada en las zonas con mayor atractivo turístico por el dinamismo de las adquisiciones por parte de ciudadanos no residentes. El repunte del alquiler turístico también podría estar teniendo impacto sobre los precios del alquiler y, en consecuencia, sobre los precios de la vivienda. Adicionalmente, los fuertes aumentos pasados en los costes de los materiales de construcción podrían seguir trasladándose al precio de la vivienda nueva, aunque es previsible que este factor pierda fuerza a lo largo de 2024, en la medida en que estos costes han tendido a estabilizarse desde mediados de 2022.

Todo ello en un contexto en el que la oferta de vivienda, tanto nueva como usada y de compra o alquiler, se caracteriza por un crecimiento insuficiente para hacer frente a las elevadas necesidades de la demanda. El precio de la vivienda se estabiliza. El ritmo de crecimiento del precio de la vivienda se moderó en el último trimestre de 2023, manteniendo, sin embargo, un avance interanual superior al 4%. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), el precio de la vivienda moderó su avance interanual hasta el 4,2% en el cuarto trimestre de 2023. La vivienda nueva experimentó un alza interanual del 7,5%, inferior al ascenso contabilizado en el trimestre precedente (11%), que había supuesto un máximo desde 2007.

Fuente: https://blog.tecnocasa.es/